Tanto el cine como la literatura, nos han acercado a la vida de otros de diferentes maneras, nos cuentan historias de las cuales podremos saber mucho, o conocer nada, pero siempre nos las cuentan para que algo ocurra dentro de nosotros, para que sintamos o intentemos hacerlo.
La mayoría de las ocasiones, solemos decir que la adaptación de un libro a una película, no tiene nada que ver, donde de antemano se sabe que los libros nos pueden ofrecer más que un resumen audiovisual, entonces que no valdría la pena ver la película si se ha leído el libro. A pesar de eso, existen una serie de películas que quizá no sabías que estaban basadas en algún libro, esto es por la gran fama que la película llegó a alcanzar.
La mayoría de las ocasiones, solemos decir que la adaptación de un libro a una película, no tiene nada que ver, donde de antemano se sabe que los libros nos pueden ofrecer más que un resumen audiovisual, entonces que no valdría la pena ver la película si se ha leído el libro. A pesar de eso, existen una serie de películas que quizá no sabías que estaban basadas en algún libro, esto es por la gran fama que la película llegó a alcanzar.
Uno de los directores que más solía basar sus guiones en libros fue Stanley Kubrick, títulos como "La naranja mecánica" y "El resplandor", están basados en textos que llevan el mismo nombre y que si no fuera por la existencia de la película quizá muchos no los conocerían. Entre la lista de directores y productores que han adaptado libros a guiones cinematográficos se encuentran Danny Boyle y Steven Spielberg.
Blade runner (1982)
libro: Con un título tan sencillito como ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, no podía tratarse sino de una obra de Philip K. Dick, es una de las películas clásicas del cine de ciencia ficción.
La película: La trama es un poco más lenta y los conceptos manejados en el texto son muy difíciles de plasmar en un filme,tiene partes donde la acción toma un rol principal . La gran diferencia: El filme y la novela divergen en multitud de puntos, uno de los cuales es que, en el libro, el cazador de clones protagonista está casado.
El silencio de los corderos (1991)
libro: Thomas Harris se marca una estupenda secuela de su thriller El dragón rojo, cimentando para siempre el fandom de Hannibal Lecter.
La película: Antológico duelo entre Jodie Foster y Anthony Hopkins, quien se llevó el Oscar. Jonathan Demme dirige con estilo y clase. La gran diferencia: La película no nos muestra la relación entre la agente Starling y su jefe Crawford (Scott Glenn).
La colmena (1982)
libro: Mediante múltiples puntos de vista (una técnica prestada de John Dos Passos),Camilo José Cela disecciona el Madrid de los años 40.
La película: Mario Camus reúne al ‘Quién es Quién’ de los actores españoles (Victoria Abril, Ana Belén, Paco Rabal, José Sacristán…) para una adaptación minuciosa en la que el autor hace un cameo. La gran diferencia: La película escatima algunas tramas secundarias, y hace hincapié en un contexto político que la novela no mostró por cosas de la censura.
Carrie (1976)
libro: Stephen King debuta como novelista narrando la triste historia de una quinceañera telekinética.
La película: Brian De Palma rompe esquemas en el género de terror, ayudado por una Sissy Spacek que se hace con el papel pese a rondar la treintena. La gran diferencia: King estructuró su novela de forma epistolar, algo que (obviamente) no se nota en la película.
La lengua de las mariposas (1999)
libro: Siempre apegado a la Galicia rural, Manuel Rivas nos cuenta la labor de un maestro en los días de la República.
La película: Con Fernando Fernán Gómez en su último gran papel, José Luis Cuerda logra un filme entrañable y sin alardes. El final es para llorar. La gran diferencia: El original es un relato corto, así que Rafael Azcona integró en su trama otros cuentos del libro ¿Qué me quieres, amor?.
Alguien voló sobre el nido del cuco (1975)
libro: El novelista Ken Kesey, que había sido celador en un psiquiátrico, logró un best sellercon esta novela que escribió (dicen) hasta las cejas de LSD.
La película: El segundo filme de la historia que ganó las cinco categorías mayores de los Oscar, incluyendo el Mejor Actor Principal para un desatado Jack Nicholson. La gran diferencia: El destino final de la enfermera Ratched (Louise Fletcher, también con Oscar) es menos truculento en la película.
Matar a un ruiseñor (1962)
libro: La timidísima Harper Lee sólo escribió una novela. Pero qué novela: este cuento autobiográfico e inolvidable sobre su infancia en el Sur Profundo.
La película: Dirigida por Robert Mulligan, y con un catedralicio Gregory Peck en el papel del abogado Atticus Finch, todo un héroe americano. La gran diferencia: Muchas de las tramas secundarias protagonizadas por niños desaparecieron para hacerle sitio a cierto juicio…
Parque Jurásico (1993)
Libro: Michael Crichton nos convence de que resucitar a los dinosaurios es posible. El problema: que los lagartos gigantes tienen ideas propias y mala leche.
La película: Un blockbuster épico cortesía del rey de los blockbusters épicos: Steven Spielberg. La gran diferencia: El personaje de Jeff Goldblum es el resultado de la fusión entre dos personajes del libro. Además, falta una subtrama sobre un dinosaurio Procompsognatusfugitivo.
American Psycho (2000)
Libro: Sátira psicosexual y económica a cargo de Bret Easton Ellis y su personaje más logrado, el yuppie psicópata Patrick Bateman.
La película: Christian Bale se gana la inmortalidad matando a todo el que se le pone por delante. Y cuidando mucho su físico. La gran diferencia: La directora Mary Harron descubrió que algunos nombres de la novela se correspondían con los de verdaderos hombres de negocios, así que tuvo que cambiarlos.
El Padrino (1972)
libro: Publicado en 1969, este best-seller de mafiosos evitó que la Mafia le partiera las piernas al autor Mario Puzo, agobiado por sus deudas de juego.
La película: Un tal Francis Ford Coppola se hizo famoso gracias a esta adaptación, al igual que otro sujeto llamado Al Pacino. La gran diferencia: Muchos capítulos del libro quedaron fuera de la adaptación: Coppola y Puzo los reutilizaron como flashbacks en El Padrino II.
El halcón maltés (1939)
libro: Inigualable thriller que Dashiell Hammet publicó por entregas en la revista Black Mask.
La película: Uno de los mejores filmes jamás rodados, El halcón maltés propulsó las carreras deJohn Huston y Humphrey Bogart, además de sentar las bases del cine negro. La gran diferencia: La homosexualidad de Cairo (Peter Lorre) fue reducida a un mero guiño para evitar problemas con la censura.
Cadena perpetua (1994)
libro:Basado en Rita Hayworth y la redención de Shawshank es el título del relato carcelario que Stephen King incluyó en sus Cuentos de las cuatro estaciones.
La película: Frank Darabont cosechó un monumental fracaso de taquilla… Y un clamoroso éxito de culto gracias al vídeo y la TV por cable. Una pequeña joya. La gran diferencia: Las escenas de violaciones y palizas son aún más duras en el cuento.
Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)
libro: Novelón policíaco escrito por Stieg Larsson y publicado en 2005, tras la muerte del autor.
La película: Noomi Rapace se ganó el pasaporte a Hollywood encarnando a la feroz hacker Lisbeth Salander. David Fincher entregará su propia versión esta navidad. La gran diferencia: Es una adaptación muy fiel, pero incluye escenas de otras novelas de la trilogía en pro de la claridad narrativa.
Doctor Zhivago (1965)
libro: Tan enciclopédico como corresponde a una novela rusa, el tocho de Boris Pasternaknos describe el mundo de Yuri Zhivago (Omar Sharif), médico y poeta cuya vida cambia para siempre tras la revolución.
La película: El director David Lean se tomó muchas libertades con el texto original para obtener la octava película más taquillera de la historia. Épica. La gran diferencia: Como hemos indicado, Lean se tomó muchísimas libertades con la novela.
El diario de Bridget Jones (2001)
libro: El diario ficticio de una inglesa neurótica, escrito por Helen Fielding.
La película: Comedia ligera, ligerísima, con Renée Zellweger poniéndose en la piel y los complejos de Bridget. Colin Firth y Hugh Grant ponen el punto romántico La gran diferencia: Adapta la novela original casi punto por punto, sin grandes cambios.
Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004)
libro: La tercera aventura de nuestro mago con gafas favorito.
La película: Alfonso Cuarón aporta su creatividad al Universo Potter, ofreciéndonos un panorama mucho más oscuro que el de los dos primeros filmes. La gran diferencia: La historia de Sirius Black (Gary Oldman) y las anécdotas sobre su pasado golfo en Hogwarts sufren un drástico recorte.
Aullidos (1981)
Apocalypse Now (1979)
Los hombres que no amaban a las mujeres (2009)
libro: Novelón policíaco escrito por Stieg Larsson y publicado en 2005, tras la muerte del autor.
La película: Noomi Rapace se ganó el pasaporte a Hollywood encarnando a la feroz hacker Lisbeth Salander. David Fincher entregará su propia versión esta navidad. La gran diferencia: Es una adaptación muy fiel, pero incluye escenas de otras novelas de la trilogía en pro de la claridad narrativa.
Doctor Zhivago (1965)
libro: Tan enciclopédico como corresponde a una novela rusa, el tocho de Boris Pasternaknos describe el mundo de Yuri Zhivago (Omar Sharif), médico y poeta cuya vida cambia para siempre tras la revolución.
La película: El director David Lean se tomó muchas libertades con el texto original para obtener la octava película más taquillera de la historia. Épica. La gran diferencia: Como hemos indicado, Lean se tomó muchísimas libertades con la novela.
El diario de Bridget Jones (2001)
libro: El diario ficticio de una inglesa neurótica, escrito por Helen Fielding.
La película: Comedia ligera, ligerísima, con Renée Zellweger poniéndose en la piel y los complejos de Bridget. Colin Firth y Hugh Grant ponen el punto romántico La gran diferencia: Adapta la novela original casi punto por punto, sin grandes cambios.
Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004)
libro: La tercera aventura de nuestro mago con gafas favorito.
La película: Alfonso Cuarón aporta su creatividad al Universo Potter, ofreciéndonos un panorama mucho más oscuro que el de los dos primeros filmes. La gran diferencia: La historia de Sirius Black (Gary Oldman) y las anécdotas sobre su pasado golfo en Hogwarts sufren un drástico recorte.
Aullidos (1981)
libro: Una novela pulp sobre hombres-lobo escrita por Gary Brandner.
La película: Mientras su colega John Landis se obstinaba por hacernos reír con Un hombre lobo americano en Londres, Joe Dante se apuntaba al terror sin complejos, pero también con mucha ironía (peluda). La gran diferencia: La sección ambientada en el campamento no aparece en la novela.
Brokeback Mountain (2005)
libro: En realidad, se trata de un relato breve firmado por Annie Proulx, incluido por primera vez en su libro Close Range.
La película: Prepara los pañuelos y el helado de chocolate, porque la historia de amor prohibido y montañés entre Jake Gyllenhaal y Heath Ledger es de las que duelen. La gran diferencia: “Soy la primera escritora de EE UU cuyo libro pasa a la pantalla sin cambios”, declaró Proulx tras el estreno.
El Señor de los anillos (2001-2003)
libro: El catedrático de Oxford J. R. R. Tolkien mataba los ratos perdidos escribiendo historias de fantasía. Las cuales acabaron formando una novela extensísima, cuya adaptación al cine se suponía imposible.
La película: El neozelandés Peter Jackson demostró que hacer un filme sobre la Tierra Media, sus guerras y sus cosas era posible. La gran diferencia: Además de darle mayor relieve a los personajes femeninos, Jackson ordenó cronológicamente la historia.
La lista de Schindler (1993)
libro: El arca de Schindler, de Thomas Keneally, nos contó la historia de un industrial nazi que acabó salvando a 1.200 judíos de las cámaras de gas.
La película: Steven Spielberg exorcizó sus fantasmas personales sobre el Holocausto haciendo llorar a medio mundo. La gran diferencia: El cambio de título.
El Imperio del Sol (1987)
libro: ¿Por qué J. G. Ballard escribía unas novelas tan crueles y morbosas? Puede que su infancia en un campo de prisioneros japonés tuviese algo que ver…
La película: Spielberg afirma que esta es una de sus mejores obras. Por lo pronto, fue la que puso a un jovencísimo Christian Bale en el punto de mira. La gran diferencia: Spielberg usó el relato autobiográfico de Ballard como punto de partida para su película, pero no se paró en mientes a la hora de alterarlo
Los santos inocentes (1984)
libro: El muy adaptado al cine Miguel Delibes nos deprime describiendo la miseria de los campesinos extremeños en los años 60.
La película: Mario Camus nos deprime todavía más, extrayendo interpretaciones gloriosas dePaco Rabal, Alfredo Landa, Juan Diego y Agustín González. La gran diferencia: Los interludios (en forma de flash-forwards) que nos explican el destino de los personajes tras los hechos de la novela.
El Señor de las moscas (1963)
libro: William Golding consideraba al ser humano como poco más que una bestia. Y, para probarlo, escribió esta novela sobre ‘adorables’ colegiales británicos en una isla desierta.
La película: Dirigida por el legendario hombre de teatro Peter Brook, y candidata a la Palma de Oro en Cannes. La gran diferencia: La película es mucho menos violenta que el libro. Y, además, la cabeza de cerdo no habla.
Cuenta conmigo (1986)
libro: Otro de los Cuentos de las cuatro estaciones de Stephen King, esta vez centrado en un grupo de chavales que buscan un cadáver.
La película: Rob Reiner (La princesa prometida) se marca una versión casi perfecta conRiver Phoenix y Corey Feldman como protagonistas. La gran diferencia: La acción fue trasladada de Maine (la tierra natal de King) a Oregón.
Apocalypse Now (1979)
libro: El escritor Joseph Conrad puso a caldo a los colonizadores europeos del Congo en su novela El corazón de las tinieblas.
La película: Tan megalómano y desaforado como el personaje de Marlon Brando, Francis Ford Coppola no hizo una película sobre la guerra de Vietnam: montó un pequeño Vietnam en forma de rodaje apocalíptico. La gran diferencia: La historia original se desarrolla en el siglo XIX y en África. Haz cuentas…
Lo que queda del día (1993)
libro: Kazuo Ishiguro resume un buen trozo de historia reciente del Reino Unido bajo la apariencia de una novela sobre un mayordomo.
La película: Tan suntuoso como corresponde a un trabajo de James Ivory, el filme fue nominado a ocho Oscar. Los fans de Emma Thompson y Anthony Hopkins lo revisan con asiduidad. La gran diferencia: En la película, el protagonista es entrañable. En la novela, es un grandísimo cretino.
Inocencia interrumpida (1999)
libro: La autora Susanna Kaysen fue internada en un hospital psiquiátrico a finales de los 60. Esta es su historia.
La película: Angelina Jolie se llevó un Oscar, y Winona Ryder tuvo aquí su último gran papel protagonista. La gran diferencia: Al final de la novela, las dos heroínas no se fugan juntas.
El truco final (El prestigio) (2006)
libro: Christopher Priest nos confunde y fascina con la historia del odio entre dos ilusionistas.
La película: Christopher Nolan demostró que lo suyo iba más allá de la pirotecnia escénica poniendo a Hugh Jackman y Christian Bale al límite de sus capacidades. Para colmo, el secundario David Bowie consigue la mejor interpretación de su vida. La gran diferencia: Una subtrama sobre el espiritismo y algunos trucos argumentales no pasaron a la pantalla. Pese a todo, Christopher Priest se deshizo en elogios hacia le filme.
El resplandor (1980)
libro: Un escritor frustrado se vuelve tarumba en un hotel desierto. Stephen King (sí, otra vez él) no estaba en su mejor momento cuando escribió este libro, ¿se nota?
La película: King la detestó, pero sigue siendo valorada como una de las mejores obras de Stanley Kubrick. Jack Nicholson sigue dándonos pesadillas, pese a los años. La gran diferencia: Por problemas de presupuesto, un zoo en miniatura dentro del hotel se transformó en un laberinto.
Que las películas hayan superado a los libros, no significa que dichos libros sean malos, simplemente que fueron la plataforma perfecta para la creación de historias y la proyección de las temáticas a gran escala. El cine siempre ha sido una pantalla vista por millones de personas, con la cualidad de entregar un contenido profundo sin la necesidad de tener aptitudes como la lectura.
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